El próximo 18 de noviembre el cuerpo espectral de Rocío Molina, sujetado en el aire por la voz del Niño de Elche, vibrarán en la Pedrera activados por la intervención de Adriana Vila Guevara manipulando en vivo una serie de proyectores en 16mm.
Una acción cinemática, lumínica, sonora y poética, que transita la metamorfosis de una mujer hendida, que se guarece y muta.