Desde varios años en Cuba se viene observando las ansias de experimentación, de nuevas búsquedas y narrativas, donde obras cinematográficas y audiovisuales hibridas o tildadas de ¨raras¨ se quedan sin un espacio donde visualizarse y tener un diálogo con ese público deseoso de explorar y disfrutar otras formas de concebir y crear la imagen en movimiento, usando las nuevas tecnologías y las potencialidades que estas les aportan a la creación.