14 x 14 es un film de found footage en 16mm en el cual se propone un montaje estructural a partir de diferentes copias de un mismo anuncio de publicidad. Las imágenes han sido manipuladas a través de alteraciones químicas del soporte físico.
Por encima de justificaciones conceptuales, 14 x 14 podríamos explicarla numéricamente, reduciendo la película al recuento desapasionado de fotogramas, el cine convertido en expresión métrica de sí mismo, aunque sólo si ignorásemos la actuación informalista posterior de alterar con químicos su emulsión dentro de los límites que decidimos marcarnos. La pieza que hemos planteado es contradictoria: el montaje es el acto reflejo a un deseo de perfección formal que pretende evitar la posibilidad del accidente; sin embargo, la manipulación final de la película funciona a costa del azar, provocando la tensión formal que la define. Los números, en resumen, podrían ellos solos introducirla sin necesidad de parapetos literarios, pero sólo hasta que los químicos desfiguran el sonido y las imágenes con los que trabajamos. La película entonces se activa a partir de ahí. A medida que se desarrolla, 14 x 14 parece que se negara a sí misma en un pulso conflictivo creciente. Su paisaje de fondo es fácil de distinguir: las prácticas fílmicas de vanguardia, pero sólo como marco geográfico distanciado de su verdadero centro, un apropiacionismo crítico incluso con otros films contemporáneos que suelen adosarse a su misma área, la del cine de found footage de aspiraciones matéricas, propenso a veces al manierismo heterodoxo y a repetir las fórmulas de siempre. La hoja de ruta de 14 x14, desde su inicio, entendemos que fue distinta. Su logro, quizás, esté en la idea que nos obligó a mover ficha: combinar el resultado fortuito que provocaría el uso de químicos sobre las imágenes y la pista de sonido con el montaje más calculado posible. El mercado negro tiene sus caprichos, y no hubo mucho donde elegir entre la publicidad de los 60 y los 70 en 16 mm. Buscábamos un anuncio del que hubiesen varias copias idénticas, y al final fue un spot de Pepsi, que bien podía haber sido otro de sopas Campbell, de neumáticos Firestone o de cerveza Budweiser. El proceso fue muy ordenado, pasando por diferentes capítulos. Después de seleccionar los mismos fragmentos a cada una de las copias, 14 en total, todas ellas a su vez de 14 cortes, montamos secuencias repitiendo una determinada estructura que incorporase cola transparente funcionando como signo de puntuación. Hechos los empalmes y montado el rollo, degradamos las secuencias progresivamente con el uso de anilinas, de tal modo que la primera aparece intacta, y la última invadida al completo por los químicos. Así, 14 x 14 da la sensación de evolucionar con la determinación de fracasar y de accidentarse, pero sin echarse nunca del todo a perder sostenida por la estabilidad de su estructura. - Alberto Cabrera Bernal + Albert Alcoz
